Thursday, March 29, 2007

27.

Disparó tres veces contra la cabeza de María Elizabeth. Fue como reventar una bolsa de agua.
El retrato de Galleguillos era del perfecto matarife de ganado. Estaba ensangrentado, pero tranquilo, como si matar fuera algo normal, un oficio después de todo.
Cantó, incluso, una antigua canción (...blanca y radiante va la novia) de Antonio Prieto, que emitía la radio. “Ese gueón es de Iquique”, me dijo por Prieto, mientras su pie derecho aplastaba la mano del cadáver. “Chao gueón enfermo”, le dije.
Después supe que el arma pertenecía a Marambio.

Esa noche nos juntamos para hablar sobre Quispe. No nos llamaba. Sospechaba. Todos los diarios nacionales habían sacado amplios reportajes sobre Alto Hospicio, al igual que los canales de televisión. Se hablaba de hasta 12 desaparecidas. La gente se atrevió a denunciar. Ya los pacos no les iban a decir que sus hijas eran putas. Alguna policía seguía con la tesis de trata de blancas, tal vez a esas alturas para despistar al criminal.
María Elizabeth vivía cerca de Galleguillos. A pocas cuadras, me dijo. La mujer de Galleguillos conocía a la madre de la chica. De ahí que esporádicamente Galleguillos la llevara al liceo. Días antes del crimen, María Elizabeth no quiso subirse al V16.


Todavía me duele la muñeca. Le dejé un mensaje a Toña. Ella es la única que me puede decir si las cosas por allá siguen igual. He revisado los diarios por internet y no encontré nada. Estoy en una central de llamadas teléfonicas, que tiene un computador. No es el mejor lugar para conectarse a internet.

Recuerdo que María Elizabeth tenía hambre. Nos detuvimos en unos locales de comida rápida, en la subida de Iquique a Alto Hospicio. Galleguillos no daba señales, ni tampoco dijo que me fuera. Parecía normal. Comimos una grasosa porción de papas fritas. Luego compramos cervezas. Estacionamos frente al Terminal Agropecuario. Nos reíamos de los líos amorosos de María Elizabeth. La chica era alegre. Sin embargo cometió la torpeza de decirle a Galleguillos que desconfiaba de él. Ya estaba media borracha. Que incluso tenía cara de sicópata. No le encontraí la cara, me dijo, y se rió de manera burlesca. Soy degenerado vos gueón, le dijo. Mi mamá dice que vos tenís algo que ver con los crímenes.
Galleguillos, en vez de seguirle el juego, se silenció como acusando el golpe. La chica se iba al lado mío. Me coqueteaba. Traté de besarla, pero en su borrachera me detuvo. No seai patudo gueón, me dijo. Galleguillos escuchaba a Luis Dimas.
Galleguillos propuso que fuéramos al mirador del Cerro Dragón. Antes compró más cerveza. María Elizabeth comenzó a dormitar en mi hombro hasta que se apagó.
Pendeja culia, repetía Galleguillos. No le vai hacer nada gueón, porque te funai y yo te cago, le dije. Cállate conchetumare, no seais gueón, mira tenís a la media mina ahí borracha, en tu hombro, y no le vai a hacer nada, estai loco. Aprovecha.
El gueón le metió las manos en la vagina. La chica tuvo la mala ocurrencia de gritar.

Wednesday, March 28, 2007

26.

Me duele escribir. Tengo la muñeca dolorida. Cuando salí del taxi me golpeé con algo. No le tomé la patente al gueón.
Toña no contesta. Seguro que ahora está en la plazoleta del mall, comiendo helado y con su chico de cutis grasoso y polo estampada con la banda de moda. Toña escucha a Linkin Park. Eligió el CD en la Feria del Disco, en el mall. Le había ofrecido uno de The Who, una recopilación. No pretendas influenciarme, me dijo. Antes habíamos comido helado junto al chico de cutis grasoso. No recuerdo el nombre. Me presentó como su tío, el hermano de su padre que venía de sur. El chico nunca me miró bien la cara. Parecía tímido aunque seguro le provocaba algún tipo de repulsión. Toña me buscaba la mirada, mientras sus dedos acariciaban los brazos del chico. Antes, habíamos tenido sexo. Fue como a las 15 horas, en la pensión, después de almorzar juntos en un restaurante de comida brasileña, donde conversamos de sexo, de su blog (http://puttafina.blogspot.com/) y bebimos unas cervezas. Su llamada me despertó como a las 9 horas. Siempre me buscó.
En buena hora me utilizó. Estaba aburrida de los niñitos eyaculadores precoces, de los niñitos pajeros, de los niñitos mamones como ese pendejo.
Ni el recuerdo de Toña me lo endurece. Me acabo de tomar un antibiótico. Tengo fiebre. Me pasó la cuenta la noche. Son las 18 horas y hoy sólo salí a la farmacia, también compré una agua mineral.
En una hora más comenzarán a ocupar el resto de las habitaciones. La encargada me habló de tres alojados. De entrada me aclaró que era un hotel parejero. Le dije que no me interesaba. Tal vez me mire distinto después de anoche. Recuerdo que golpeé la puerta como loco. Venía agitado, delirante, y quizás con qué rostro.
Ese taxista de mierda pudo haberme jodido, pero le faltó experiencia. Fue demasiado directo. Me subí a su taxi como drogadicto y me bajé como víctima de un drogadicto. En cambio la única vez que temí de Galleguillos fue cuando me apuntó con una pistola. Quise salvar a María Elizabeth.

Monday, March 26, 2007

Taxi Driver

Le pregunté si había visto “Taxi Driver”. “No entendí el final… pero igual, es buena, yo también fui milico como el loquito de la película y quedé algo traumado. Aquí los milicos son locos (lanzó una bocanada larga) ...después cuando salí a taxear de noche, quise matar al primer gueón raro que se me cruzara en el camino... esta ciudad está podrida, hay mucho gueón que te quiere cagar-
-Te creís Robert De Niro- le dije, en tono de broma... (del capítulo 25).

25.

Compramos. El taxista manejaba un Hyundai –no sé qué modelo-, mal cuidado y con una rotura provocada por el golpe de algo contundente en el vidrio trasero.
El tipo aceptó una quemada. Era moreno, delgado y hasta que se bajó, no supe bien su estatura. Fuimos cerca del puerto. Le interesó que fuera periodista. Me dijo que la parecía humano verme así... Pensaba que todos los periodistas eran como los guevones que salen en la tele, leyendo noticias, como ese Amaro. Imaginó que tenía mucha plata como para pagar el vidrio roto.
Me indicó donde estaban las mejores movidas, las mejores minas (hablaba con soltura aunque su seseo me molestaba).
Le pregunté si había visto “Taxi Driver”. “No entendí el final… pero igual, es buena, yo también fui milico como el loquito de la película y quedé algo traumado. Aquí los milicos son locos (lanzó una bocanada larga) ...después cuando salí a taxear de noche, quise matar al primer gueón raro que se me cruzara en el camino... esta ciudad está podrida, hay mucho gueón que te quiere cagar-
-Te creís Robert De Niro- le dije, en tono de broma.-
-¿Tenís plata para comprar unas cervezas?- dijo
-( me revise la billetera...)
-¿Cuánto tenís? – me preguntó con firmeza, como milico.
- Termino con esto y me vas a dejar. Mañana debo estar en Arica.
- Sabís que atrás, en el maletero, tengo un palo, y acá adelante, al costado, tengo un fierro (no era grande).
-Estai más armado que el chapulín colorado. Le dije. El gueón estaba serio.
-No cualquiera trabaja de noche en esta ciudad.- me dijo
-¿Y en Alto Hospicio?-
-Tengo sed gueón, porque no compraí una cerveza-
-¿Haces carrera a Alto Hospicio? ¿Sí o no?- le dije
-Te cobro 10 lucas a esta hora.
-¿Mucho asalto en Alto Hospicio?
-Mucho gueón drogo anda en la noche, se pone difícil. Hay que saber distinguirlos. Una vez le saqué la mierda con este fierro a uno que me pidió plata-
-¿Vamos a comprar cervezas? - le dije
-¿Oye gueón y porqué mierda me rompiste el vidrio de atrás? (con el fierro en la mano mientras con la otra sostenía el volante)- dijo casi gritando.
-Qué vidrio gueón-
-El de atrás pus gueón, vos fuiste... Págame la guevaá.
-Estai loco (Detuvo el auto en la luz roja del semáforo a un costado la Plaza Prat, frente al Hotel Prat)
-Págame la guevaá conchetumare, diez lucas por el vidrio que rompiste, maricón.
-Chao tonto gueón (me bajé e hice como me iba a meter al hotel).
-El gueón se bajó con el fierro-.
El cuidador del hotel lo amenazó con los pacos. El gueón dijo que me encontraría.

Saturday, March 24, 2007

24.

La puta llegó como a la 1 de la madrugada. Se presentó como Amanda, de La Serena. Le dije que era minero; que estaba de paso; que era mi primera vez con un puta. Tenía como 22 años, el cuerpo delgado, el poto duro y parado y los senos pequeños, y también duros. Manejaba su lengua como cuchillo untador de mantequilla. Aquello le daba valor agregado a su performance. Fue bueno, rico. Me dijo que tenía varios clientes, algunos enamorados. Pensé en la manera de utilizar su lengua. Original la gueona. Extrañé un poco de cocaína -tal vez para endurecerme-. Tiramos como una hora. Me cobró 30 lucas. Mucha plata, pero valió la pena.
Después de tirar, otra vez quise cortarme los testículos. Ya estaba borracho. Antes, pedí otra Cuba Libre. Sabía a pisco barato con Coca Cola. Pensé en Bukowsky. Ya me daba lo mismo que me engañaran. Por citófono pedí una gillete para mutilarme los testículos –dije- y el gueón me trajo una guevaá parecida a una peineta.
Sigo desnudo y olor a sexo -recién me lleve los dedos a las narices y recuerdo a esta puta de La Serena, estaba rica-. Playboy sigue chisporroteando guevaás. Arriba y al lado siguen tirando. Pienso en lo nefasto de los testículos. Nunca aportaron a la estética. Se ven feas las huevas colgando, pero tienen poder de decisión, como un cerebro atrofiado. Dominan y enceguecen. La justicia debió castrar a Galleguillos y a Marambio, pero los gueones siguen ahí calentándose las bolas. Galleguillos se las calienta en la cárcel ¿Cuántas pajas lleva ya? Hasta los gueones le ponen papel higiénico. Marambio era más normal que Galleguillos… me da risa esta última afirmación ¿Yo soy más normal que esos dos guevones? Jejejeje.
Se me viene la imagen de Galleguillos masturbándose mientras el perro de Marambio se violaba a la puta gorda. Me voy. Son las 3 de la madrugada. Voy a calle Thompson, a la altura de Juan Martínez. No sé qué mierda voy a buscar.

Friday, March 23, 2007

23.

Superhugo: Te gustaron las fotos?
J1: ricas
Superhugo: la negra de la derecha llegó hace una semana. Es colombiana.
J1: Estoy en Iquique
Superhugo: ¿?
J1: Todavia vivis acá gueón?
Superhugo: no seas sapo
J1: Me gustaría hablar
Superhugo: paso ocupado. Debís imaginarte en que trabajo
J1: guardia, cafiche, gueaas de putas, etc
Superhugo: compra el diario, ubica las páginas económicas, avisos no sometidos a clasificación… la tercera agencia de maracas es la mía…jejejeje
J1: te jactaí gueon
Superhugo: jejejeje
J1: más rato te llamo
Superhugo: Y pa qué querís verme gueón
J1: por Galleguillos
Superhugo: y porque no te vai a la mierda, loco culiao…
J1: tranquilo gueón.
Superhugo: no seai majadero, gueon.
J1: tranquilo maraco feo
Superhugo: si venis por Galleguillos, andate a la mierda…en serio
J1: te voy a llamar gueón
Superhugo: a qué hora, pa no contestarte…. chao

Se ponen gritones los pendejos con el Play. Lennon me saludó con cara de resignado. Desde anoche estoy en el hostal J. Pérez, a un par de cuadras de aquí. Pude ir a otro ciber, pero llegué para verle la cara a Lennon. Antes me tomé unas cervezas, las necesitaba. Los niños le dicen tío. Lo imagino vestido de Boy Scout. No me dan confianza los gueones viejos que se hacen amables con los niños. Me molesta este gueón….
Le dije que era un pedófilo de mierda. Los niños me miraron asustados. Uno salió corriendo cuando le tiré las monedas en la cara. Salté, cuando el gueón me lanzó una especie de fierro o palanca, no sé. Vi sus lentes caer.
Escribo esto en mi habitación del hostal. Decidí no llamar a Marambio. Seguro que después se conectará al chat para mandarme sus fotos cachondas. Me ha enviado fotos hasta de Cuba y siempre lo mismo. Debe estar realizado con su puterío. Tuvo suerte. Como paco, el gueón se supo proteger. En algún momento pensé que este gueón había delatado a Galleguillos. Los ratis los interrogaron varias veces. Era el comisario de Alto Hospicio en el tiempo de los crímenes. Su desidia le costó su carrera de paco.
Galleguillos me lo presentó. Andaba de civil, pero igual lo conocía. Ibamos a buscar unos paquetes donde Quispe, pero nos quedamos comiendo asado, bebiendo y después tirando líneas de coca. El paco era como imbécil para la coca. Yo igual. Me dijo que si hacía la vista gorda seríamos amigos. Galleguillos nos miraba mientras bebía vino. Quispe, como era su costumbre, seguía ofreciendo guevaás. Mejor para nosotros. Como a la una de la madrugada salimos hacia Pozo Almonte. Había neblina. Cerca de la plaza, Galleguillos entregó el paquete a un camionero que iba para el sur, supongo que a Santiago. Marambio y yo éramos de la idea de seguir gueveando. Pozo Almonte es un pueblo puto: hay de todo lo que les gusta a los mineros, pero en dosis pequeñas, justas. Nos metimos a un bar, el más luminoso. Esta vez Galleguillos decidió tirarse una línea; había bebido dos piscolas y tenía que manejar. Quedó como robot. Después pidió más. Salimos con un par de chicas, putas, que a la altura de la carretera, cerca del desvío a La Tirana, se urgieron: ¿Dónde vamos? ¿A dónde mierda nos llevan degenerados culiaos?... (Chikatilo conducía).

Me alojé en este hostal a sabiendas que es parejero. Arriba hay guevones tirando. El gueón se queja más que la mina. Me aburre ver en el canal Playboy a tanta gueona rubia, tetona, tipo californiana; prefiero las negras brasileñas o colombianas, ricas… tal vez más rato llame a la agencia de Marambio para que me mande a una negra.

Les dije a las putas que se tranquilizaran –era lo mejor- cuando tomamos un desvío cerca de La Huayca. Estábamos en medio de la pampa de El Tamarugal –un especie de bosque de tamarugos-, y Marambio, con los ojos desorbitados, le mostraba a las chicas su pistola de servicio y su pene. Galleguillos conducía tranquilo, como chofer de funeraria. En tanto yo seguía pensando en tirarme otra raya entre medio de las tetas de las maracas. Galleguillos detuvo el auto y subió el volumen a la radio. Sonaba una canción de The Sacados: ritmo, ritmo de la noche...
Las chicas se bajaron como dispuestas a ser fusiladas. Recordé a los milicos y quise pegarle un botellazo al paco. (Me acaba de llegar un vaso de ron y una coca cola a la pieza, y en quince minutos más me llegará una chica) Marambio culiao, le comenzó a pegar patadas a una de las chicas, a la más gorda, que ya estaba desnuda. Hacía frío. Galleguillos fumaba y yo trataba de buscarle por la buena besos a la otra puta, que estaba nerviosa viendo como el otro gueón pateaba en el suelo a su colega. Temí una guevaá más rara cuando Galleguillos tomó el arma de Marambio.
Mi puta se fue por la buena, incluso pude tirarme una línea sobres sus tetas. Galleguillos no quiso meterlo, a pesar de la insistencia de Marambio. Dejamos a la gorda sangrando por la boca y desnuda, junto a su amiga, y un poco de pisco para el frío. El imbécil de Marambio les dijo que no se volvieran a meter con los pacos y que desaparecerían si nos denunciaban.

Wednesday, March 21, 2007

22.

Haga que no mira, me dijo, y desde un costado de la animita extrajo un bulto pequeño.
Hace rato que me observaba. En algún momento pensé en un asalto. Tenía cara de angustiado por la droga. Me miró fijo. Hablaba mal, algo gangoso. Noté que el gueón se calmó cuando le expliqué que era tío de una de las chicas, de Gretel Contreras. Después lo vi tomar un taxi con dirección a Iquique.

Dejé los bombones bajo el nombre de Gretel y bajé como a las 18 horas. Estoy en un ciber, entre las calles Vivar y Bulnes, en el centro. A mi lado hay escolares, de básica. La mayoría juega Play. El encargado de esta guevada piensa que soy otro cesante. Usa gafas redondas tipo Lennon y tiene el pelo ensortijado. Está acostumbrado a tratar con niños. Cuando le hable de imprimir me dijo que el currículum cuesta 150 pesos. Sácame la cuenta por 25 hojas, tamaño carta, le dije. Me miró con cara de alumno. Me recordó la cara de Galleguillos, cuando le conté que el caníbal de Rotemburgo congelaba carne humana en bolsas selladas.
-Las comía en momentos especiales, con champagne, vino chileno, caviar, camarones y otras guevadas… Para el maraco era un ritual de amor. Ambos se fundían en los intestinos-. dije
-Jajajajaja, me estai gueveando- me dijo.
-En el fondo es una historia de amor...-
-Jajajajajaja... el gueón sufría entonces cuando iba a cagar,- me dijo.

Galleguillos no puso un aviso en internet como el caníbal.
Se paró frente al liceo de Alto Hospicio después de las 19 horas. La imagen me recuerda a cualquier gueón eligiendo carne en un supermercado.
Estuve presente cuando Gretel Contreras se subió al auto, como también cuando la agarró del cuello y con un cuchillo en dirección al ojo, le dijo: cállate conchetumare, cállate… que si gritai te saco el ojo, gueona maraca…
Desde algunos metros observé lo que parecía una violación, mientras bebía media botella de pisco con Coca Cola. No sé cómo hizo este gueón para asear el V16.
Eran como las 20 horas. Caminé varios minutos en dirección a la carretera y tomé un taxi. Esa noche seguí bebiendo en un bar frente a Playa Brava.
Después de 3 días me reencontré con Galleguillos. Teníamos un acuerdo tácito de no hablar de los actos, pero en broma me dijo que aquella noche recuperó el gusto por el vino chileno. Le puse cara de asco.

Se lo dejo en 3.500 pesos, me dijo. Sume dos impresiones más, pero a color. Cuando el gueón vio las fotos de las chicas de Superhugo me miró con la misma cara que le puse a Galleguillos.

Monday, March 19, 2007

21.

A Galleguillos le dio un ataque de amnesia.
Al tercer día sin dormir se declaró culpable. Luego y pensando que por fin se relajaría, le indicó el lugar a los ratis. Después durmió sedado durante 20 horas para olvidarse de todo y declarase, el muy mierda, inocente. A la fecha mantiene su afirmación de inocencia y argumenta que fueron otros los responsables de los crímenes. Dice ser víctima de una mafia y que está amenazado de muerte. Como asegura padecer amnesia, supongo que no se acordará de mí.
Hoy me contacté con un cura que periódicamente visita a un grupo de internos de la cárcel de Acha, en Arica. Dijo que me podía ayudar aunque es complicado acceder a Galleguillos. Le dije que el viernes estaría por allá.
Son las 11 horas y esta mañana leí en internet que viene la segunda parte de la película “Hostel”. Los amigos freak del pobre Dyango se pondrán contentos. Disfrutan del cine gore. Yo la encontré un bodrio, una caricatura de una película de terror, aunque no me extrañaría que existan clubes de tortura repartidos por los países del postsocialismo o los del tercer mundo. Así, podría explicar las desapariciones de las chicas en Ciudad de Juárez o de los miles de indocumentados que cruzan México con dirección a Estados Unidos. Alto Hospicio me parece ideal para un club de tortura. Están dadas las condiciones: ciudad fronteriza, desierto, salitreras abandonadas, inmigrantes ilegales y pobreza. Sumemos que por historia Chile es un país de desaparecidos... pero como sea, insisto: "Hostel" es un bodrio.
Nunca hablamos con Galleguillos sobre qué hizo en los años de Pinochet. Supongo que estaba en el sur, en Linares o algo así. Tengo claro que llegó a Alto Hospicio a mediados de los 90. Lo hizo solo. Una vez este gueón me sorprendió cuando se comparó con Pinochet y con Hitler.
-En su lugar habría hecho lo mismo- dijo-
¿Cómo?-
-Limpiar al país para gobernar tranquilo-me dijo-
-Pero si el gueón nunca gobernó tranquilo, siempre tuvo problemas, acuérdate de las crisis económicas, las protestas, el atentado… al final el gueón sólo generó rechazo.-
-Yo habría hecho una depuración más profunda, a lo Hitler-
-Te creo gueón… pero Hitler igual perdió la guerra y se transformó en el peor gueón de la historia.
-Creo que los gringos hicieron bien las cosas... esos guevones exterminaron a los indios, echaron a los mexicanos, quemaron a los japoneses y silenciosamente se transformaron en lo mismo que quería Hitler… Los gueones son igual de racistas que Hitler, si nos pueden exterminar, lo hacen…
- La diferencia es que ellos hacen las cosas bien, diplomáticamente, pero igual te lo ponen- le respondí.-
¿Y cuándo le vas a dedicar un capítulo al “Guatón” Romo, el torturador más famoso de Chile?- dijo.
-No sé... tuvo suerte ese gueón, encontró el contexto para desarrollarse como sicópta, como tú.

Saturday, March 17, 2007

20.

No encontré los bombones en la animita.
Compré otra caja de bombones y la dejé bajo el nombre de Karina Trigo Fernández. La primera caja fue para Mary Lobera.
En el lapso de una hora y algo más –no llevo reloj- escuché varios comentarios, mientras intentaba leer el fome diario de Iquique. La mayoría de la gente eran turistas –antofagastinos y calameños que viajan el fin de semana a comprar a la Zofri-. Todos repetían lo mismo: pobrecitas; que terrible; que el gueón (Galleguillos) era un maldito y que ahora las niñas deben ser unos angelitos. Una adolescente de uniforme escolar se puso a rezar. Después me pidió un encendedor para la vela. Le dije que primero encendiera el diario que ya lo había transformado en un cambucho y después la vela. La invité a un cigarro. Me preguntó qué hacía ahí, si era familiar de las chicas.
-Primera vez lo que veo por acá- agregó.
-Vengo por trabajo- le dije.
-¿Cómo?-.dijo
-Soy periodista y estoy haciendo un texto sobre la animitas de las chicas asesinadas por el psicópata-
-Entrevísteme entonces...- me dijo con cara de coqueta para después mirarse los zapatos, cuyas puntas estaban sucias, por la tierra.
-¿Dónde vives?-
-Para allá... detrás de la población ésa...
-¿En las tomas?
-Correcto.
-¿Tu familia no es de acá?-
-Correcto.
-Pero cuéntame de tu familia ¿Quieres otro cigarro?
-Bueno (por el cigarro) ...Vivo con mi madre, mi abuela y mis hermanos.
-¿No eres de acá?-
-Somos de Quillota. Llegamos hace un año con mi mamá y mis hermanos. Después se vino mi abuela.
-¿Conociste a las chicas?
-Mmm... yo estaba como séptimo básico, en la escuela. Ellas estaban en el liceo o algunas no estudiaban, no sé. Igual conocí a Cristina, la niña heroína. Vivía cerca de mi casa. Después se fue junto a su familia. Dicen que ahora está en Santiago y que el gobierno le regaló una casa... Me tengo que ir.
-¿Te puedo sacar una foto?
-Bueno y ¿Cómo?.
-Ponte ahí, como mirando la foto de ella...

Es la foto normal para un diario, con el significado de una escolar de Alto Hospicio frente a la tumba de las chicas asesinadas. No le pregunté el nombre ni tampoco se interesó por el mío.

Wednesday, March 14, 2007

Psicópata pop


...recuerdo a Charles Manson y el pánico que provocó entre los guevones de Hollywood, con el asesinato de Sharon Tate. Tal vez me falte escribir el capítulo sobre Manson en asesinos en series. Galleguillos me preguntó qué cuándo lo iba a ser. Nunca me gustó el tufo pop de Manson. Hasta el imbécil de Axel Roses andaba con poleras de Manson. Fue el primer psicópata superstar, pop o algo por estilo. Creo que el gueón todavía está vivo gracias a sus miles de fans que le escriben guevonas cartas hinchándole los testículos. Su imagen en las polos es tan inofensiva como la del Che Guevara. Manson es un bebé al lado de Chikatilo o nuestro (por lo latinoamericano) Garavito. Si Manson fue un bebé, entonces: Galleguillos es un feto o quizás un espermatozoide..

19.

Esta guevona de Natalia otra vez me mandó a la mierda. La llamé como a las 18 horas, al canal. Le dije que estaba en Iquique. Nada. Después y con insulto de por medio –que te creí conchetumadre, que te creís... - me dijo que no la siguiera gueveando. Llegua. A fin de mes estaré en Santiago y deberá escucharme. Ya imagino ese momento en las afueras de Chilevisión. Iré medio curado, seguro que jalado. Saldrá por la puerta y: ¡Crac! …podría desvanecerla con un trapo con éter aunque ese método me suena retrogrado. Lo mejor es ponerle una pistola en la espalda y después a caminar, no se dónde mierda, pero a caminar hasta la ladera de un cerro. Tengo un amigo que vive en el San Cristóbal, por Recoleta. Tal vez se transforme en la primera periodista de farándula asesinada; una mártir de la farándula… qué estúpido. Recuerdo a Charles Manson y el pánico que provocó entre los guevones de Hollywood, con el asesinato de Sharon Tate. Tal vez me falte escribir el capítulo sobre Manson para asesinos en series. Galleguillos me preguntó que cuándo lo haría. Nunca me gustó el tufo pop de Manson. Hasta el imbécil de Axel Roses andaba con poleras de Manson. Fue el primer psicópata superstar o algo por estilo. Creo que el gueón todavía esta vivo gracias a sus miles de fans que le escriben guevonas cartas hinchándole su ego. Su imagen en las polos es tan inofensiva como la del Che Guevara. Manson es un bebé al lado de Chikatilo o nuestro (por lo latinoamericano) Garavito. Si Manson fue un bebé, entonces: Galleguillos es un feto o quizás un espermatozoide. Ayer y hoy estuve en Alto Hospicio, y puedo decir que lo de Galleguillos fue un estado de paranoia, locura o estupidez entendible en el contexto. Pude haber matado a alguien, y las cosas seguirían igual. Uno menos no se nota en Alto Hospicio.
Son las 1.17 (de la madrugada) y escucho el reventar de las olas. Mi balcón da a Playa Brava. Pasan autos, buses y varios gueones a pié. Tal vez más rato salga a caminar.
Alto Hospicio, en tanto, está más largo que hace dos años, pero igual después de todo. Sentí el mismo olor y escuché –en el supermercado- las mismas conversaciones sobre supervivencia. Fui al servicentro donde trabajaba Mary Lobera. Pregunté por Mary… el gueón que me atendió puso cara de imbécil. Me comí un hot dog. Después tomé un taxi que me dejó en la animita de las chicas desaparecidas. Les dejé una caja de bombones en forma de corazón. Seguro que el chocolate se derritió o se lo robaron, me da igual. También estaba el nombre de Mary. Galleguillos de mierda nunca me dijo que la mató. Según el informe del médico legal, su cráneo estaba destrozado. Este gueón bruto usó piedras. Se ensañó. Ella no lo quería; nunca lo quiso. Fue una puta; una puta del Renacer que se acostaba con cualquier gueón. Tuvo motivos para ajusticiarla.
Galleguillos declaró que la recogió a las 20 horas en el servicentro. Luego bajaron a Iquique, donde bebieron cervezas en el Papa Gallo –a unos metros de dónde estoy ahora-. Regresaron como a las 23 horas a Alto Hospicio. Tuvieron sexo en el auto (aquí me suena que esté gueón la obligó a tener sexo). Habrían discutido ¿Por mí? Fu fuerte la cosa para que este gueón agarrara una piedra y le destrozara la cabeza. Imbécil de mierda. Estoy a cuatro horas de Arica, como para ir a visitarlo en la cárcel: podría rechazarme cuándo le digan quién soy o me salude y respondatodas mis preguntas a sabiendas que le publicaré un reportaje. Tal vez me cobre como Garavito.

(…Señor Pallomari, le aviso que mañana a las 12 habrá check out…
Me quedo el fin de semana en Iquique y no moleste-
Disculpe señor-)

Monday, March 12, 2007

18.

He visto a Natalia por televisión. Fueron como dos minutos. Estaba más delgada, más huesuda. Entrevistaba a un cantante. Me dieron ganas de llamarla. Decirle que en dos semanas nos juntemos en Santiago. Todavía me urge aclarar lo que sucedió. Fue la única mujer que quise. Me mandará a la mierda si la llamo, seguro. Pero no pierdo nada. Cuando termine el programa la llamaré.
Estoy en Iquique, en un hotel, frente a Playa Brava. La ciudad está igual. Hay gueones corriendo por la playa. También hay perros vagos. Son las 10.30 horas y siento unos retorcijones de tripas. Tomé desayuno –huevos revueltos y leche- junto a una delegación de ancianos. Los viejos fueron amables. Una vieja me dijo que me alimentara mejor. Tengo cara de enfermo, supongo, aunque desde hace una semana no me afeito. No me parezco al gueón de febrero.
El Sony Vaio se conectó solo a internet. Me gusta este computador. Tal vez ahora me de el ánimo para recordar algunos detalles de los crímenes.
Esta tarde subiré a Alto Hospicio.