Friday, October 26, 2007

30.

Charly García parece eterno: Fanky se estira como goma de mascar. Tres veces Fanky. Seis veces Fanky: ¡Termina concharesumadre! ¡Qué mierda! Sigan abajo ¿Alguien herido? No escucho gueón. Abajo. ¡Cabrón concharesumadre! ¡Qué alguien encienda la luz de esta gueaá!
¡Borracho de mierda!
¡Les gustó a los gueones, jajajajaj, le gustó a los gueones, jajajajajaj! ¡Feliz cumpleaños man, jajajaja!
¡Cálmate, cabrón de mierda! grita el geólogo que abraza a una chica bajo una de las mesas de aluminio del estrecho bar-boutique. La chica solloza. Escucho sus arcadas. Escucho su vómito. No distingo su cara. Otra luminaria explota. Hay un aroma a goma quemada. Humo.
Fanky acaba.
¡Carajos! grita la española goestiana con un hilo de sangre que corre desde la frente al ojo izquierdo. Esto excita al periodista: alguna esquirla incrustada en la frente de la española, los ojos furiosos de la mujer, su rostro que explota. El periodista salta y le aprieta el cuello a Collins. Acaba con ese maldito, grita Perdita, la dulce Perdita que recién parecía aturdida bajo mi cuerpo. Deseé que los balazos fueran eternos.
Era una noche tranquila, de luna, de brisa. Llegamos con Perdita cerca de las 21.30 horas. Le había costado dejar a su Poodle en la casa rodante. Sentía lástima por el perro. Era como una depedida o algo parecido. Nos habíamos detenido en la plaza de Barranco. Fumamos unos porros. Le prometí que la sacaría, sin pedirle nada a cambio. No lo merecía. Esbocé una sonrisa. Rió. Sujetó mi mano y se la llevó a su mejilla. Sentí latir su rostro. Con los ojos fijos a las estrellas, insistió que no me preocupara. Tú eres igual que Collins. No me insultes. No quiero ser cómplice de sus porquerías. Carraspeó. Me gustaría haberte conocido antes o de otra forma. Intenté sonreír.
¡Mataste al Dj, concharesumadre! El pata respira. Está pálido .
¡Suelta la pistola! ¡Suéltame el cuello, conchesumadre! ¡Si este gueón está muerto, nos vamos todos presos, imbécil de mierda, suelta la pistola! Tiene una herida en el hombro. Estamos cagados por tu culpa, gueón. No escucho. Calla y escucha, gueón -dice el geólogo con la pistola en la mano-: ahora tienes que saber como mierda justificarás esta cagada con la policía ¿Y qué? Es tu problema gueón. No le pegues más, basta gueón, pero este conchesumadre... ¿Y qué? Tranquilo gueón. Imbécil de mierda ¡Vaaayanse a la mieeerda! Tú eres el maricón gueón, con tus borracheras, con tus cagadas, mira la cagada que dejaste, hay un gueón medio muerto.
¡Yo soy Bobby Perú y qué! Porque no pateas a este pendejo Bobby Perú.
No te preocupes por la policía, afirma Tati, y Funky todavía retumba.

Monday, October 22, 2007

29.

Fueron al boliche -dice-. Está cerca. Te puedo acompañar. Vamos, pero por favor no entres al baño, tu entiendes... ¿Agua?. Espera. ¿El grifo que está a la entradas? No te preocupes, yo voy. Acostumbro a cargar. No parece. ¿Por qué no parece? Tus brazos no son fibrosos, míratelos: son bellos, delicados aunque debes echarte más bronceador. Oh, oh, alguien se preocupa por mi, oh, oh... ¿Quieres acariciar mis brazos? Te gustaría. Manya, la crema está en el baño. Tu amigo nunca me ha echado. Dices por Collins, el gringo chileno con aire de músico electrónico, jejeje, perdón, tu novio o enamorado como le dicen acá, ¿Es mi amigo? mmm... recién hoy lo conocí. Es amigo del geólogo. Tienen negocios con el geólogo. Con Tati, la respingada esa de Ica, también. Hay dinero, bastante. Tu entiendes mejor eso, porque andas en la misma. Se nota. Tú y todos ellos (gesticula un coito), me entiendes. Estoy aburrida de esta porquería, de las malas ondas de este cabrón. No creas que vivo aquí. No. Paso una temporada. Mi familia hace rato que está en España. Acá tengo parientes, tíos. Uno es político, bastante conocido. Como eres extranjero ni mierda debes conocer al cabrón de mi tío. Me dice Perdita. ¿Perdita Durango? Jejeje ¿Me parezco a Rosie Pérez? Mírame. Yo tampoco a Javier Bardem. Pero me gustaría ser Javier Bardem, por un rato, para estar al lado de Penélope Cruz. El imbécil de Collins se cree Brad Pitt, aunque también se cree Kurt Cobain, pero Kurt Cobain electrónico y tropical. Es un pendejo. ¿Por qué hablas mierda de él? Porque es un cabrón ¿Te trata mal? Mal es poco, pésimo. Todo bien al principio. Me enamoró. Te enamoraste de su onda, de su local, del surf. Son agregados. Me pareció tierno, cariñoso y más maduro que algún pendejo anterior ¿Y? Fue como hace tres meses, en la playa ¿Mancora? Cerca de Mancora, una playa exclusiva para surf. Nos metimos a esta piojera rodante y todavía estoy acá ¿Parece que te aburres luego de los hombres? Tengo paciencia pero este gueón me la agotó. Lo que no tiene de celoso, lo tiene de machista. El gueón quiere que lo atiendas, que le sirvas... Fresco de raja. Algo así ¿Te ha pegado también? Es borracho como tú, jejejeje. Tienes cara. Tu nariz. Mi nariz qué... No seas así, no me conoces. Pero debes ser como ellos, tus amigos, son lo peor. No me mires de esa manera. Ha llegado borracho de madrugada y quiere hacerme el amor a la fuerza. Pasó en las últimas semanas. Yo me resistí y me golpeó. Mira. Gueón maldito. Con una mujer como tú, yo pasaría todo el día en la casa haciéndote cariño, pero en una casa decente. Ese serás tú y no te me hagas el lindo ¿Y por qué no te arrancas a España? Me gasté el dinero de los pasajes, y mi tío, el gueón de mi tío, dijo: Perdita acuestate conmigo y volverás a España. Otro gueón maldito. Conchesumadre. Estoy como perdida en Lima, y lo peor es que un día de estos, al imbécil de Collis lo meterán preso, y yo me iré de cómplice ¿Y tu familia en España? ¿Por qué no le pides ayudas a tu familia? Algo espero ¿Y tú... pero deja de mirarme las tetas, también me podrías ayudar con algún dólar, o no?

Monday, October 15, 2007

28.

La chica linda atina a reírse por los ladridos de su Poodle y abre la puerta de la casa rodante -estacionada bajo un árbol y frente a un hostel en Barranco- que parece una hippie house de los años 60 con un graffitti del Che Guevera colgando al costado como sello, como marca, y Collins, un rubio de pelo liso algo gordo es una versión hinchada de Kurt Cobain y usa gafas de una marca de surf, Reef -leo-, después de saludarnos (como si nos conocieramos de toda la vida) nos presenta a Carmen, la chica linda del Poodle, una peruana de pelo oxigenado y ojos azules que no mide más de 1.65 pero contorneada, rica, de labios carnosos, como Pampita, adicta al surf "como yo", dice Collins, con orgullo, quien se pierde un rato junto al Geólogo M, mientras Carmen hace memoria con la española, sobre sus aventuras en las Islas Baleares el año 2006, y todos somos cómplices cuando Collins, con el pelo mojado, enciende un porro de marihuana peruana, un "perucho" -aclara-, y parecemos ronda india y el periodista que bebe una cerveza, pregunta por la ubicación del pub donde celebraremos el cumpleaños del geólogo y Collins que sin las gafas parece un hinchado Patrick Swayze en la película Punto de Quiebre, dice que cerca, a una cuadra, y golpean la puerta del marihuano cuchutril y nos miramos, y el Poddle parece nervioso al segundo golpeteo y pone las orejas puntudas, lanza un ladrido agudo y se ubica sobre las piernas doradas de Carmen, quien no se sorprende cuando Tati se suma y se sienta, con su fina aura, entre la española y ella, y saca de su bolso puntiagudo otro paquete, más pequeño que el del Geólogo M y Collins desaparece y regresa, y cuando meo en ese baño enjuto huelo unos toallas rosadas y pienso en Carmen, Carmen, y ya dentro de la casa no queda nadie y siento los rasguños del Poodle en la puerta y Carmen entra.

Películas Maras


Tres películas obligada para la mala educación de Mara: Scarface, Sangre por Sangre y Ciudad de Dios (ver en ese orden).

Tuesday, October 09, 2007

27.

San Juan de Lurigancho, Lima=Alto Hospicio x 10= ó miles de casas dormitorio sembradas en el desierto, donde las pieles se ponen ásperas y la cabeza pica con el sol por los costrones de tierra y los ácaros gordos que se escabullen como si el cuero cabelludo fuera cuero de perro y los piojos fueran garrapatas y a Luci parece importarle un carajo, como a los niños gitanos de la Plaza Colón de Antofagasta que corren descalzos y a veces desnudos, con las costillas marcadas en sus pieles de terciopelo y las plantas de los pies negras como carbón y sus opacos cabellos rubios, pegoteados como los pelos con pintura seca de un brocha le dan un valor, un precio, según la parvularia (en ese tiempo, esposa del geólogo M), porque así, en esa inmundicia, parecen chicos europeos de campo de concentración Nazi de la película de Spielberg, y para mi estos chicos mugrientos pero rubios, ya eran parte del paisaje de la Plaza Colón como los perros, las palomas, los borrachos y son (serán) inmunes a las enfermedades en contraste con los estornudos de los niños que pasan de la mano de sus madres y la parvularia, toda solidaria, ya pensaba quitarle los chicos a las gitanas y darlos en adopción a familias europeas para que tengan una mejor vida, decía con tono bondadoso, un mejor futuro, una familia que los cuidados los transforme en criaturas indefensas, pensaba, y estos chicos de San Juan de Lurigancho, como los de las tomas de terreno de Alto Hospicio, mantienen la misma inmunología anti microbios, de los gitanos, y sus dientes lucen sanos y fuertes, y su mirada es juguetona como la de los perritos pequeños y saltarines que comparten sus juegos y la española me dice que es buen lugar éste pueblo=ciudad campamento con la mayoría de las calles de tierra, con graffiti en las paredes sobre el Che Guevera, equipos de fútbol y otros de influencia gringa, con pasajes angostos que culminan en canchas de fútbol y casas amarillas que se encumbran una sobre otra como cajas de fósforos y con mujeres que agarran sus tetas como si fuera bolsas para metérsela en las boca a los bebés y con miradas amenazantes del Sendero Luminoso y la pequeña Luci, fascinada con los tatuajes de la española, nos pide por favor que la llevemos... Elige, le dice la española que le aprieta su brazo enjuto y moreno.

Monday, October 08, 2007

26.

El chico sube por la puerta entreabierta que dejó el geólogo M, un conocedor -se jacta- de esta nata grasosa amarillo opaco de San Juan de Lurigancho, para comprar en la dirección recién anotada en un papel lo que le(nos) gusta, por encargo de Collin, una chileno con nombre gringo que es dueño de un bar electrónico en Barranco, así dice el geólogo, que celebrará esta noche su cumpleaños u algo parecido y dónde nosotros, los amigos del geólogo, estamos invitados para hacernos mierda, dice irónico el periodista mientras su cabeza martillea rítmicamente -por la música de Carlinhos Brown- el hombro de la española que ya habla como peruana, y es ella la más sorprendida con el petiso de nariz aplastada por el labio leporino que nos ofrece un par de anillos de oro, relojes y droga si quisiéramos, y la española le pregunta por su edad, como si importara mucho, y el chico le responde que 12 años, y seguido: que no va al colegio, que vive con su madre, que las cosas son robadas en Larco Mar y que la marihuana es paraguaya y qué señorita quiere probar, y con sus dedos cortos y morenos saca un papel, pone un poco de marihuana, lo chupa en las puntas y se lo pasa la española, y después al periodista, y después a mi, que voy de copiloto en esta 4X4 Hyundai Santa Fe y bajo el vidrio para botar el humo mientras uno chico descamisado que nos mira hace rato, me asiente con la cabeza como si fuéramos a comprar un kilo de marihuana, y repaso la cara de risa de la española, sus gestos lentos, y el periodista saca unos dólares y el chico de su morral saca un paquete, y después la española y el chico me mira, y le pregunto si fue hijo de alguien de Sendero Luminoso, y sin chistar el chico afirma que su papá estuvo metido en la guerra y que hoy vive en Buenos Aires, aunque no sabe nada de él, y cuando el geólogo M sube, el chico baja y la española con los labios apretados dice: manya el chabal va directo al hoyo.

Monday, October 01, 2007

25.


¿Lo más terrible? En Haití, según la entrevista a una médico chilena y voluntaria que leí en el semanario The Clinic, a quien no le importaba llenarse de picaduras de bichos ni defecar en el bosque tropical, lo suyo era vocación, decía, y el testimonio de esta mujer de aspecto frágil -según la foto-, pelo largo, castaño y rostro huesudo, resultaba convincente cuando afirmaba que su padre, empresario, había perdido todo (de un día para otro, como le gusta escuchar a la gente) y justo ella, ya graduada de médico, había descubierto que la vida no era material sino que lo suyo era una atracción por la naturaleza tipo: hippie=snob=pies descalzos y luego venía lo terrible, cuando explicaba que la familia que la alojó, la más amable del caserío, utilizaba a niños huérfanos o de familas ultra pobres como sirvientes, niños entre 5 y 8 años, y esos niños iban a diario en busca de agua, descalzos, a un pozo ubicado a dos horas, ida y vuelta caminando entre cerros, y llegaban encorvados los pobres chicos pero mantenían la sonrisa y los juegos de niño, y ella, a pesar de lo chocante de la experiencia para su formación cristiana-occidental, aclaraba que no podían ir en contra de las costumbres de la gente y una niña le aseaba el dormitorio de piso de tierra por un poco de comida.