Friday, August 31, 2007

11.

Es culpa de las multitiendas de mall con capitales chilenos en Perú, cuya propaganda genera xenofobia hacia mis compatriotas como el geólogo M y sus amigos, que sólo desean que la televisión muestre a chilenos blancos, gringos, cuando el 75% tiene la cara redonda, los ojos redondos y la boca redonda como los mapuches, la raza donde proviene la mayoría de los chilenos aunque les duela por esa demencia aspiracional incomprensible.
Los peruanos no quieren compararse a los chilenos aunque su oligarquía blanca y europea sea peor de fascista, peor de canalla, pues prefieren no mezclarse con los cholos.
Las súpertiendas: Falabella y Ripley son para ellos y no para los cholos.
Y yo me siento un cholo materife, vengador como el niño Marcelo en la playa blanca de Mancora, al lado de Ica, donde sólo los blancos tienen ganado el privilegio de la entrada porque los cholos ensucian.
La bipolaridad me puede definir como un facista o resentido social ¿Ripley o Falabella?
Yo mato porque si no me matan. Fue la excusa de Pinochet. Yo mato en nombre de Dios, fue la excusa de las cruzadas. Recuerdo mi niñez. Pienso que mi vida debió haber quedado estancada en esas calles terrosas de esa población de Antofagasta. Nada me detuvo, ni mi mujer ni mi hijo.
El periodista -amigo del geólogo M- dijo que podía acompañarme a Mancora. Dijo que le interesaban los tipos como yo.
Es culpa del diablo que nos juntáramos.

Wednesday, August 29, 2007

10.

Los curas salesianos rescataron a Marcelo.
Marcelo fue el mejor en la escuela, a pesar de haber asesinado al paria viejo de su padre. Dios lo perdonó. El paria se llamaba Don Carmelo, un desgraciado al que nunca vi amargado: siempre festivo, siempre borracho, siempre rodeado de borrachos. Fuimos vecinos. Mi madre hablaba mal de Don Carmelo. La gente justificó a Marcelo cuando lo asesinó.Marcelo me pegaba por gordo. Después nos hicimos amigos. Me había transformado en un cerdo. Hacía reír a los niños: comía tierra y lombrices, también hormigas. Los chicos me venían a ver, era un show. También aprendí a pelear. Un día entre cuatro trataron de pegarme. Al final Marcelo me defendió. Había superado la prueba de valor, me había graduado de Maras. Nos llamábamos “Los Chiri”, una pandilla de pendejos.
Nuestro primer asalto fue a un borracho. Lo dejamos cerca de la línea del tren, sangrando por la cabeza. Lo pateamos hasta el cansancio. No quisimos matarlo porque era profesional, según leímos en su carnet. Salimos en el diario. Fue grato. Don Carmelo también hacía noticia. Había quemado a la madre de Marcelo. Lo acompañé a ver a la señora Catalina al hospital. Nos dijo que haría justicia. El desgraciado de su padre siempre golpeaba a su madre, también a él. Ahora Don Carmelo estaba viejo y desgastado, fácil de noquear. Marcelo se vistió de materife. Le puso varias estocadas ante nuestra mirada terrible. Lo ayudamos a limpiar la sangre. Yo cerré sus ojos. No merecía otro destino.
Al otro día, Milton, el niño que estaba con nosotros, denunció a Marcelo a la policía. Don Carmelo estaba podrido cuando lo subieron a la camilla de metal. A Milton lo acorralamos a la salida de escuela. Marcelo pensó que lo había matado. El chico quedó tirado y aturdido en un callejón desolado. Sabía que estaba vivo. Corrimos. Marcelo mataba por venganza. Yo sentía placer verlo matar. La justicia es amistosa con los chicos. Marcelo tenía 13 años, yo 14. Los curas lo recogieron. A Marcelo siempre le gustaron los números. Era ágil de mente. Yo era mejor para las letras, me conformaba. Sacó rápido la secundaria y después no sabía qué estudiar. Entró a geología. Como profesional comenzó a ganar plata, demasiada para el promedio. Se casó y trabajó en una multinacional de geología.
En Centroamérica volvió a su infancia.

Monday, August 27, 2007

9. Los Olvidados de Buñuel


Marcelo, ya adolescente, escapa del correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Conmigo y otro niño, y mata a Don Carmelo. Días después, Marcelo trata de matar al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al correccional. A partir de este incidente, nuestros destinos están trágicamente unidos.

Friday, August 24, 2007

8.

(Lynndie England)

Alex DeLarge = El Coyote= Danny Boyle = Beavis and Buthead = Bart Simpson = Red and Stimpy = Maldita Sea = Corvalán = Lynndie England = Marta, la goatsiana= geólogo M= Los Olvidados de Buñuel.

Thursday, August 23, 2007

7.

Los goatsianos son una secta de cochinos, exhibicionistas de Fotolog y sádicos sexuales que se van introduciendo porquerías –u objetos de diámetro creciente- por el ano hasta alcanzar una dilatación exagerada. Así, el orificio logra un tono rojizo, de rosón, de donuts de paco gringo (recuerdo la película Fargo) o de molusco chupador de roquerío.Es una vertiente sexual=espiritual=sádica que se logra en un estado de profunda concentración, dice la página web. El orgasmo es incomparable, me explicaba el siempre insastifecho geólogo M, mientras con dedicación le introducía por el ano unas bolillas chinas a Marta, una chica española goatsiana, que vino a Perú a conocer el Amazonas. Marta es adicta al piercing y los tatuajes. Tiene el cuerpo fofo y no está bien depilada, aunque su rostro de rasgos finos y punzantes ojos celestes le da una belleza pérfida, algo bastante práctico para sus extraños gustos sexuales. Había hecho del Goatse su forma de vida, como quien fuera una vegetariana o nudista o bolañista -come verduras para no irritar donde termina el intestino, dice-.El periodista la había conocido por Internet, en la página de los goatsianos de Perú, aunque en el fondo los únicos goatsianos declarados de Perú, eran: el geólogo M, chileno, y dos prostitutas peruanas que lo acompañaban en sus indecentes y cocainómanas prácticas. Hablaban de los hindúes -siempre citados en este tipo de cosas-,del Amazonas peruano donde un tribu adicta al ayahuasca se metía cosas por el poto con afanes estéticos. La chica española era como una enciclopedia de Goatse, aunque no resultaba difícil culpar a los malayos o tailandeses o filipinos como los difusores número 1 de la práctica -según internet-.Imaginaba a gueones mamones untándose mantequilla en el culo como Marlon Brando a Maria Schneider en el Ultimo Tango en París y metiéndose desde antenas de radio, pilas, palos de escoba, cepillos de dientes y una infinidad de porquerías. Pero esto iba más allá, no se trataba de una penetración prostática para homosexuales o bisexuales sino que era estética, de belleza -según estos gueones delirantes-, de espiritualidad, donde se mezclaban pomadas como: los chacras, la acupuntura, el nirvana y toda esa dialéctica santurrona oriental tipo "new age" que suena convincente en la boca de Marta. Después me exigió preservativo. El periodista me filmó, como también quedó registrado el aceitoso orificio del geólogo M. La española y las dos prostitutas peruanas –a quienes el periodista les pagó 10 dólares-le habían introducido las bolas chinas a mi amigo de infancia, que sostenía un rostro de placer con las escarbadas de vaselina. Las putas, ya borrachas, se reían solapadas. La escena era rídicula, pero les pagaban por estar allí.El periodista me decía que la coca endurece el sentido del humor, que contiene la risa, porque ver al geólogo M sodomizado por dos putas peruanas y una española era una escena humillante y animal, propia de gente enferma ¿En qué rechucha momento nos pudrimos? Estudiamos en el mismo colegio y éramos niños normales que cantaban la canción nacional en los actos de día lunes. Pinochet dejó el poder cuando teníamos 18 años.Le despaché el video a la parvularia S, para que entienda de una vez por todas que su ex marido está enfermo y que por eso no envía dinero a sus hijos. Ya veo su cara.

Monday, August 20, 2007

6.

Llevo dos días en este Taj Mahal del geólogo M y podría pasar el año aquí en Arequipa, ciudad luminosa, tranquila y colorida con añejas iglesias de porcelana y casonas donde brota una mezcla entre música andina y aromas a caldos de carne con perejil.
Arequipa es una ciudad de paso para turistas que van a Cuzco, me dijo un español, vecino de cabina en este ciber con humo de cigarros y pocas ventanas. Este español -algo calvo y de amaneramiento gay- estaba preocupado por unos amigos alojados en un hostal de Lima ¿Por el terremoto? Claro, por el terremoto, afirmó. Yo no preocupo a nadie. Mi madre se murió hace rato, mi hijo tiene cinco años, y no creo que mi ex mujer le recuerde a su padre después de los hechos que detonaron mi partida.
Anoche soñé con unos jotes picoteando sobre una bolsa de carne humana que alguien lanzó sobre el techo de mi casa.

Hoy, toda la prensa y la televisión dio cuenta del terremoto en Lima, Pisco e Ica. Los arequipeños no parecen muy conmovidos con la tragedia de sus vecinos, tal vez porque nunca se han sentido peruanos.
-Somos independientes- afirmó un taxista que me llevó a la casa del geólogo M, una casa grande de construcción moderna, con piscina, jardines y dos autos en la puerta, además de dos sirvientas poco amistosas, pero que mantienen todo limpio.
Sabe Dios porque pasan estas cosas. Sabe Dios porque es más cruel con los pobres, con los necesitados. La verdad es que en la mayoría de los casos, esta acometida de la naturaleza o de los cielos, se atiza entre los más necesitados, entre aquellos que de por si ya han sido golpeados por la pobreza y que después de esto quedan con las manos vacías y aun más maltratados que antes.”, agrega Tati por el chat.
Tati es linda y posa en bikini con una amiga en una playa para ricos peruanos, todos blancos con lentes Calvin Klein.Nada de rencor.
El geólogo M me dio un abrazo y que estaba en mi casa. Me dijo, entre risas, que le había devuelto el tiempo perdido y que Arequipa era una ciudad espectacular para tirarse chicas. Entendió mis razones. Tras dos años las cosas se ven mejor, dijo. Reconoció su error y yo el mío, aunque hipócritamente, como todo lo que dije esa noche mientras bebíamos pisco marca Tacama con Coca Cola.
Fue uno de los mejores geólogos de su generación de la Universidad del Norte, y siempre ha destacado. No sé en qué mierda trabaja ahora, en Arequipa, pero gana mucha plata. Dijo estar relacionado con la actividad minera. También hablamos de putas: ahora mantenía relaciones esporádicas con unas chicas peruanas, jóvenes, universitarias y otras profesionales según fotos.
El primer tatuaje de Mara me le hice aquí, ayer, ocupé dos horas y no es nada especial, aunque un poco doloroso. Son dos ojos rodeando mis tetillas. El geólogo M tiene los brazos tapizados de tatuajes, todos hechos en Guatemala.
Se ve delgado y mantiene su parecido a Frank Zappa. Esta noche invitó a un amigo chileno suyo que lo provee de buena cocaína, un dealer que alguna vez fue periodista de un diario de Iquique, me dijo, y que tiene una historia sórdida detrás como la tuya –afirmó entre risas-.
Traerá a unas chicas, unas turistas españolas que le prenden velas a Goatse, un gurú sexual.

Tuesday, August 14, 2007


(foto de Isabel Muñoz)
...las mejores historias sudacas se siguen escribiendo en Centroamérica, en Guatemala, El Salvador ò Honduras –que ven a los mexicanos como gringos-, y donde los mayas evolucionaron en maras para inmunizarse de los gringos de Los Angeles o San Diego.

5.

El geólogo M fue casado con la parvularia S que trabajaba en un jardín infantil para niños huérfanos.
Estaban convencidos que esos niños pobres y huérfanos de Antofagasta lograrían ser felices en Europa, porque su concepto era: desarrollo=dinero=modernidad=felicidad.
Los europeos los prefieren blancos y recién nacidos. Paseaba a algunos chicos. Uno me contó que su hermano se lo violó. Tenía 6 años, el pelo al clavo y sonreía por todo. Su piel morena limitaba su partida. Tal vez cuando creciera y si se quedaba en Chile, haría lo mismo con su hijo. El ciclo. La violación la contaba como juego, como cuando el geólogo M contaba sus historias amorosas de Guatemala -país donde trabajó-.
-Las minas son calientes y putas en Centroamérica, y yo no aguanto, jajaja, y yo no aguanto- afirmaba gesticulando un movimiento pélvico.
-Y tu mujer gueón-
-Me estará jodiendo con vos, jajajaja-
-Gueón vaca. ¿Y si te infectas con algo?.
-¿Y tú crees que las minas que me tiro son putas? No gueón, son abogadas gueón, limpiacitas.
-Sucio de mierda.

En Antofagasta vivía con su mujer e hijos. Fui amigo del geólogo M, y de su mujer, juntos y separadamente. Los prefería separados. Su mujer me prometía que lo nuestro era un juego.
El geólogo M pasaba 20 días del mes en Guatemala, el resto en Antofagasta. Una nana peruana le preparaba pisco sour al geólogo M, mientras él -relajado- veía los partidos de fútbol con sus amigos, geólogos.
Llegaba para los partidos de fútbol de la selección. Sus amigos me hacían sentir como un extraño, como un bicho. No me emocionaba el himno nacional. Hablaban de sus 4x4 y lo importante de vivir seguros y encerrados en los nuevos condominios construidos en los Jardines del Sur, y de que el país y el fútbol estaban destruidos por la delincuencia y la farándula.
En el entretiempo se encerraban en sus 4x4 para quemar pasta base. Volvían tiesos. Se iban en el momento en que terminaba el partido. 90 minutos exactos de libertinaje para sus reprimidas existencias. A mi no importaba que me vieran fumar, tampoco a M, aunque éste se molestaba cuando llegaba con algún amigo. Nunca traigas amigos cuando vengan los geólogos, me dijo.La parvularia S se sentía generosa por invitar a almorzar a los niños huérfanos. Lunes y martes. Llegaban dos o a veces, tres. También invitaba a matrimonios extranjeros.

Con la parvularia S, en tanto, vimos varias veces la película “Pulp Fiction”, mientras yo la iniciaba en el consumo de cocaína. Ahora me culpan que yo destruí el matrimonio. Sé que el geólogo M está trabajando en una mina cerca aquí, en Arequipa.

4.


Alex DeLarge inspiró a Breat Easton Ellis en American Psycho; Tarantino=Easton Ellis=Heinrich Himmler=Darwin = Heinrich Himmler=Darwin=Alex DeLarge= el geólogo M (el personaje que sigue).

Monday, August 13, 2007

3.

La rumana Nadia Comaneci se abría de piernas sobre un palo recto para luego hacer unas piruetas puntuables con una sonrisa de alambre tenso y atrapar los flashes, y los aplausos y las medallas en una de esas olimpiadas entretenidas donde los soviéticos competían con los gringos, mano a mano, como en un partido de básquetbol.
Nadia Pérez huele a pimienta y tiene una cicatriz de quemadura en su brazo de habano. Nadia se llama así por la Comaneci, me dijo la segunda vez que me atendió en ese restaurant -debe tener la misma edad que yo-. Como a la mujer de la pensión, también le interesó mi puto origen, mi acento, mi aspecto y la guitarra que adosé al costado de la mesa. Tóquese una canción me afirmó, suelta de cuerpo y con esa carne porosa y brillante de su pechugas servidas ante mis pupilas. Me sentía como en México, como en Tijuana, como en una película de machotes. Después de susurrarle a su oído donde estará mi primavera de Solís, me trajo un plato con una fritanga de perejil y un arroz en forma de teta y un ají. Le pagué con dólares como si fuera Mickey Rourke en Erase una vez México, y le pedí un Marlboro.

-Dónde está el baño-
-Acompáñame-
La cocinería era estrecha y de penetrante aroma a un condimento raro, después había un compartimiento como bodega. Cerramos la puerta y ella, sin preámbulo, me bajó el pantalón: nada especial, mientras yo fumaba mi Marlboro y me sentía como un vaquero del oeste violándose a una india, como un conquistador español violándose a una india, como un milico chileno de la guerra del pacífico violándose a una peruana. Ambas se llamaban Nadia -la mujer del restorán y de la pensión-. Ambas habían sido golpeadas -una quemada con cigarro- por su último amor, un machista maltratador. A ambas les traje un poco de paz, de amor, de tranquilidad. Que en paz descansen.
Fue el adiós de las nadias, y ahora van adornadas con el cortejo sepia y con flores desteñidas en esta ciudad dolorida que llora con pasión a sus muertos.

Friday, August 10, 2007

2.

Puedo ser un cantante sudoroso y barrigón apretado con una camisa negra brillante y unos pantalones de cuerina salpicados de lentejuelas a lo Elvis, que le canta al amor, quizás una de las pocas maneras para sentirse vivos por estos lados, según los desayunos de la pensión cuando la dueña me cuenta de sus fracasos con las canciones de Marco Antonio Solís.

Puedo ser una versión grotesca de cantor o trovador sudaca, menos altanera, de ese errático american-mariachi de la película de Robert Rodríguez –que llevaba esa metralleta justiciera o fierro en vez de un absurdo guitarrón- y que hablaba como atorado.
Prefiero contar chistes crueles.


Y esta Tacna sepia de cortante frío noctámbulo, luce parecida a Tijuana o a la manoseada Juárez –de películas como Traffic, de documentales de coyotes - donde comen ají a masticazos o chile, y los chilenos fascistas se ofenden porque esos machotes mexicanos morenos, bigotones, de cuello de neumático y espalda carnosa se comen a la patria. Guevones. A una hora al sur de Tacna, está Arica donde todas las calles tienen semáforos, donde los taxis lucen uniformados de amarillo o negro y donde el olor a fritanga se mezcla en esquinas marginales con el humo pastabasero. Arica es la punta del ají.
Arica=San Diego. Los peruanos pobres imaginan un mejor futuro, como si Chile fuera Estados Unidos. Y en Estados Unidos a los latinos los tratan de cucaracha o ratas y bajan la cabeza, mansos, sudacas, asumidos y explotados, y buscan el amor y trabajo con la cabeza gacha, ciegos como servidumbre humana. Y en Estados Unidos, Chile es el ají con que se fabrica el Tabasco.

Filmé con esta Canon -que me cabe en una mano- unas cucarachas aladas que planeaban desde la tina del baño a la puerta y que a ratos parecían helicópteros borrachos. No todas alcanzaron la puerta.
-Siga matando bichos y no se preocupe de la limpieza-
-Y cómo adivinó-
-He pasado toda mi vida aquí. Me se de memoria todos los ruidos-
-Entonces no traeré a mi novia-

-Usted sabe las reglas-

Se llama Nadia, tiene 50 años, bien conservados, morena, alta, delgada, pelo lacio, ojos de pasa y rasgos indígenas –nariz zigzagueante como cordillera-. Es amable aunque metiche. Le interesan estupideces como en qué ciudad nací. Si yo le dijera que nací en Tocopilla, tendría que gastar mi tiempo explicándole dónde queda Tocopilla como si fuera tan trascendente el lugar de mi origen. Le gustan los dibujos de mi guitarra, en especial el rostro del cristo de la película de Zeffirelli –ese Jesús con ojos de huevo frito-. Llevo una semana en su casa.

“No hay nada más difícil que vivir sin ti… ”, esa estúpida ironía de Marco Antonio Solís le cantaría esta noche, con la Canon en Rec, pero conozco las reglas.

Saturday, August 04, 2007

1.



Perú es un buen lugar, desordenado, fácil para limpiar como para esconderse. Eso de limpiar me suena a película de Tarantino. Qué asco Tarantino. Esos tipos vestidos como garzón y una musiquita de rock como telón cargando unas aparatosas escopetas y después disparando en el oreja de un gueón amarrado en una silla, también vestido de frac, como ganster de Hollywood y sigue la musiquita expresándose por los parlantes del cine, para amenizar la muerte o volverla más simpática. Después Tarantino ridiculizando a los japoneses con esa Uma Thurman de buzo amarillo pegando patadas al aire como enferma mental o Tarantino ridiculizando a los mexicanos como si olieran a fritura. Todo el sur de Estados Unidos huele a fritura y sobaco. Las calles de Tacna huelen a mi sobaco y a la fritura de las cocinerías callejeras o carritos sangucheros –como le llaman aquí-,las murallas son opacas, el aire tiene esa espesura a ciudad sin mar, los taxis que cruzan la frontera son largos tipo años 70 y la gente come pollo con papas fritas en la calle. Latinoamérica = bodega humana. Me gustaría torturarte Tarantino de la chuchesumadre, así como los haces en Hostel con esos indefensos turistas gringos, pobrecillos, tus compatriotas, que van a esos países rumánicos o hungáricos –balcánicos, diría mejor- donde los vampiros andan en la calle, sueltos, vestidos con Levis o de tetas rosadas y vaginas bien depiladas. Nada más efectista que el cine. Igual que ese sicópata de telenovela que anda salpicando sangre en la tele chilena y un gueoncito político se horroriza ¡oooooh!, como si ese país de mierda no estuviera acostumbrado a la tortura. Y le digo a ese político “cresta de gallo” que ese gordito Romo como Cristo recibió todos los pecados del hombre y murió en la soledad, en la mugre, salvo por unas monjitas de buen corazón que recogieron el bulto. Romo se llama nuestro Cristo, Romo es el cordero de Dios dispuesto al sacrifico para lavar nuestras faltas, nuestra deshumanizada capacidad de intolerancia, Romo es el muñeco Vudú.
A Taratino le gustaría hacer la película de Romo, la biografía, con una serrucho de utilería y una bolsa de sangre y detrás la imagen de Pinochet, con esos lentes negros de carey. Podría rodar la película en los desiertos de México, país del perfumadito Alejandro González iñarritu, el de “Amores Perros”, que ya no parece mexicano, que ya no parece latino.
Estos meses me he dedicado a ver películas de Taratino, sí. Estoy aprendiendo de Tarantino. Estoy aprendiendo que el dolor no existe o se convive en el Tercer Mundo, en Perú, en Tacna o en Alto Hospicio. Ese fascista de Tarantino me delegó una misión: limpia al mundo de las ratas y serás salvo. Hace un rato compré en el mercado de baratijas una cámara de video. Me faltó el cable para conectarla a este computador de mierda.

CAPITULO 2 O SEGUNDA NOVELA O BOCETO

Este es un croquis o borrador de una segunda novela, los fragmentos están sometidos a cambios, recambios.