Friday, January 19, 2007

8.

Sentí sus dedos tibios sobre mis ojos. Me besó profundamente como para confirmarme sus intenciones. Luego con una de sus manos apretó mi pene y soltó una carcajada pícara, de niña mala. Pensé que su llegada media hora antes de lo pactado, respondía a que su pololo la había dejado botada después de metérselo en el baño del mall. Y ella, la muy caliente, no había encontrado mejor destino que buscar su orgasmo conmigo. Llegó en mal momento. Sostenía un chateo con Superhugo23. Me costó ubicarlo, pero al final se acordó y ya me contaba sobre sus placeres.
Pasaron dos semanas de nuestro último encuentro con Toña. Estaba aburrido de masturbarme. Pensaba en visitar a una puta aunque eso me significaba perder 30 lucas. Y ahí estaba: sentada en mi muslo, con el brillo del sudor en sus hombros, con sus dedos largos y atenazadores, con su fino cabello castaño sujeto con un cole, con su cuello olor a perfume barato y con la palabra “Placebo” que tanto me gusta chupar tatuada debajo de su ombligo. Quería irse rápido. Pendeja caliente. Justo estaba convenciendo a Superhugo para que mandara una foto de su colección. Tal vez Toña pueda resultar una buena moneda de cambio con Superhugo. El problema es que Toña representa más años de los que tiene.
Superhugo dice vivir en Colombia aunque creo que puede estar dos computadores detrás de mí o puede ser un cazador de los detectives o puede ser el pelado del ciber que expele un halo sugestivo cuando está frente al ordenador. Toña dice que el pelado tiene cara de degenerado, que la mira como degenerado y que habla como degenerado. No sé qué experiencia tenga ella con los degenerados. Pero según lo que viví con Galleguillos y otros, puedo decir que las apariencias engañan. A diferencia de este pelado -que más parece un milico o paco retirado-, Galleguillos pasaba por un hombre normal aunque un poco tímido, más bien inseguro, a la hora de relacionarse con el resto. No era de esos taxistas preguntones y amistosos. Me dijo que no le gustaba hablar con los pasajeros. Menos con la gente de las tomas de Alto Hospicio. Los encontraba rotos, pobres, mala clase y hediondos. Y sin embargo eran sus vecinos. Galleguillos no parecía de las tomas. ”. A pesar de la falta de agua del lugar siempre andaba bien afeitado, con el pelo limpio y con olor a “Fahrenheit”. Una vez el auto apestaba a patas. Él mismo se excusó explicando que eran sus zapatos de fútbol. Sus compañeros de equipo también dudaron cuando Galleguillos apareció como el culpable de los asesinatos.
El pelado me pasó de mala gana las cuatro Duracell para la Canon. A Toña, en cambio, le dijo “gracias señorita”, después de pasarle los Kent 4. Cuando al minuto Toña, volvió a buscar el celular, me dijo que el pelado de mierda le preguntó su edad. Toña se hizo la sorda. Creo que me cambiaré de ciber.
Me gusta hacerle sexo a Toña con el colaless puesto. Se ve exquisita en las fotos. La que más me gustó es una en que aparece tirada en la cama con su trasero bien parado. Esa noche no usamos preservativo.
Buscar ciber, es como buscar una buena pensión. Son las 11.33 y estoy en un ciber donde los computadores están encadenados al piso. Parece una sala de tortura. Espero repuesta de Superhugo por las fotos...

1 comment:

Lost in Translation said...

Hola,

Ahora le mandaré un email por si quiere animarse el domingo acompañarnos y venir a tomar mate con nosotros.

Gracias por tu mensaje.