Wednesday, January 24, 2007

9.

Retomé algunos hábitos.
Dejé de fumar cuando me detectaron la enfermedad, supongo que por un impulso de autoprotección. De madrugada sentí el tufo en la pensión. No se sorprendió cuando abrió la puerta. Diango es universitario y escucha rock clásico (Black Sabbath, Deep Purple, Led Zeppelin... ). Tenía la mitad de una botella de ron. Fui a comprar una Coca Cola. Su habitación estaba más ordenada cuando llegué. Había encendido su aparatoso ventilador que me recordó a las aspas de los aviones caza japoneses tipo Segunda Guerra Mundial. Tenía una manera de fumar rara, compulsiva, de drogadicto decadente. Hizo una mueca de risa cuando tosí. Baja el volumen, me dijo como burlándose.
Después hablamos de estupideces como que Ozzy hizo bien salirse de Black Sabbath, de la panza de Ozzy, de los insecticidas mata cucarachas y de lo malo que era el ron nacional. Ya medio borracho me dijo que le parecía extraño no verme trabajar. Quedó conforme con la respuesta.
Hemos seguido conversando durante estas noches. Me presentó a sus amigos. Todos transmiten en lo mismo: rock, zorras, películas freak e infantiles historias de lo que hicieron cuando andaban duros. Todavía no han visto a Toña. Todos se ponen igual de imbéciles cuando fuman. Y van por más. Mi vida de universitario fue distinta aunque no sé si mejor o peor que la de estos guevones. Valparaíso estaba más cerca de Santiago, por lo menos. Tuvieron mala suerte.
Uno de los chicos dijo que venía la cuarta parte de Hannibal Lecter ¿Te daría asco comerte a alguien? propuso. Otro se acordó de los rugbistas uruguayos que todavía lucran con su repetida historia caníbal. Salió, también, el vino chileno que utilizó el caníbal de Rotemburgo. El imbécil de Galleguillos me preguntó por el vino que tomó el caníbal y su pololo. Le dije que era Gato Negro, cabernet souvignon del 2001.... Imagino que lo compró. El cadáver de Gretel Contreras Céspedes le faltaban varias partes de su cuerpo a diferencia de las otras chicas. No tenía los glúteos ni las orejas.

Vengo de un tour por los ciber del centro. La mayoría baratos. Malos. Desde tu computador podías ver al resto. Por las pantallas de los pajeros desfilaban gringas porristas con cara de cachondas, el gmail, la página de Colo Colo, suásticas, avisos de putas, el hotmail, fotolog de pendejas y una serie de guevadas que no recuerdo.
Primera vez que el pelado me saluda. Bien. Entendió que soy un buen cliente. Ya aparecerá Superhugo.

La policía culpó a los bichos cuando encontraron el masticado cadáver de Gretel. Los ratones o los perros habían destrozado el cadáver de la alumna de tercero medio del Liceo de Alto Hospicio, dijeron. Su cabello era castaño, algo rubio como del color del trigo y unos pequeños, pero dulces ojos café. Tenía tres hermanos –era la última- y su familia no exhibía apuros económicos.
El basural de las tomas estaba a pocos metros del pique donde aparecieron las chicas. Galleguillos con las manos encadenadas fue quien condujo a la policía. Era un sitio asqueroso como todo basural, pero no parecía problema para quienes se peleaban por la basura. Los niños eran felices con los yogurth vencidos que botaba el camión del supermercado, al igual que las mujeres con los pollos podridos. Esos mismos niños le arrojaron frutas podridas al sicópata cuando bajó del carro de Gendarmería.
Para la policía pensar en canibalismo era una fantasía tipo Hannibal Lecter. El forense del médico legal estaba más preocupado de las infidelidades de su mujer, que de hacer su trabajo. Una vez su mujer llegó al diario quejándose que su marido la maltrataba. No publicamos nada para cuidar la fuente del médico legal. El tipo se portaba bien con los datos.
Una noche mientras yo fumaba a un costado de la carretera de Alto Hospicio a Iquique, Galleguillos dijo que a Hannibal Lecter no habría durado nada en Alto Hospicio.
-Primero se lo comen a él- dijo riéndose.
-Salen sus buenos bistec... Es medio gordo, fino y hasta maraco- dije.
-Es una absurda caricatura de sicópata- dijo limpiándose las manos con un trapo empapado de bencina, mientras su vista se perdía en las luces amarillas del dibujo de Iquique.
-Pienso igual, aunque tiene un parecido físico a Chikatilo. Tal vez se inspiraron en la imagen de Chikatilo. Compara las fotos-dije.
-Es viejo, tiene poca fuerza, es delicado... en esta guevada hay que tener fuerza. ¿Cómo se llama el actor?- dijo
-Anthony Hopkins, es inglés. Es un buen actor, famoso, con premios y todo eso, pero se funó con esto de sicópata.-dije.
Son las 23 horas, y Superhugo recién da señales.

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