El protagonista de esto -luce con menos grasa que hace un mes por el desgaste nasal de oso hormiguero al que se expuso tras defecar, para su consumo, dos ovoides del tamaño de un teléfono móvil ovalado marca Samsung- ha experimentado ciertas complicaciones con el calor y el penetrante aroma de pintura de una habitación que arrienda en la calle Juan Martínez esquina Thompson, de la ciudad de Iquique. Llegó a ese lugar -barrio de inmigrantes peruanos y prostitutas- tras viajar en un bus de la empresa de transportes peruana, Ormeño, que iba con dirección a Santiago. Los pasajeros, más de 30, tenían la esperanza de encontrar trabajo en Chile. Chile todavía parece una versión atrofiada de California. Los pasajeros pensaron que el protagonista era un policía chileno encubierto, un detective, pero el protagonista -al igual que varios pasajeros- escondía en sus intestinos calientes -por el pisco- cocaína que compró a un diler de San Juan de Luringancho y eso lo hacía sentirse como en Alaska. Nadie lo habló durante las 20 horas de viaje entre Lima e Iquique. Fue 6 veces al baño. La primera vez encontró una toalla estilando sangre. Alguna vez leyó un reportaje sobre abortos en buses de pasajeros peruanos con dirección a Chile. Las 19 horas del viaje pensó en los capullos sangrosos que se quedaron en la carretera.
En Iquique, la luminosidad veraniega quema los ojos en el día.
Con unas gafas que adquirió en una feria de calle Thompson, el protagonista mira todo en sepia como si estuviera en el México de la película Traffic de Soderbergh-donde nunca terminas de entender el rol de Benicio del Toro, pero sí, el significado de la expresión "chinga tu madre" que es como "chuchesumadre" en Chile. Benicio es un "Wey de la chinga tu madre" en Traffic, y yo soy lo mismo en este cibercafé con separaciones de cholguán ubicado en calle Thompson, al llegar a calle Baquedano, pues espero por el chat a alguien que dice haber hablado con Julio Pérez Silva, "otro wey de la chinga tu madre", en la cárcel de Acha, en Arica-.
Iquique ya no cabe en Iquique. Edificios pegados al cerro y edificios que se caen en el mar. Esto parece Hong Kong, pero atrofiado.
Pronto: Operación Dragón.
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