Friday, March 23, 2007

23.

Superhugo: Te gustaron las fotos?
J1: ricas
Superhugo: la negra de la derecha llegó hace una semana. Es colombiana.
J1: Estoy en Iquique
Superhugo: ¿?
J1: Todavia vivis acá gueón?
Superhugo: no seas sapo
J1: Me gustaría hablar
Superhugo: paso ocupado. Debís imaginarte en que trabajo
J1: guardia, cafiche, gueaas de putas, etc
Superhugo: compra el diario, ubica las páginas económicas, avisos no sometidos a clasificación… la tercera agencia de maracas es la mía…jejejeje
J1: te jactaí gueon
Superhugo: jejejeje
J1: más rato te llamo
Superhugo: Y pa qué querís verme gueón
J1: por Galleguillos
Superhugo: y porque no te vai a la mierda, loco culiao…
J1: tranquilo gueón.
Superhugo: no seai majadero, gueon.
J1: tranquilo maraco feo
Superhugo: si venis por Galleguillos, andate a la mierda…en serio
J1: te voy a llamar gueón
Superhugo: a qué hora, pa no contestarte…. chao

Se ponen gritones los pendejos con el Play. Lennon me saludó con cara de resignado. Desde anoche estoy en el hostal J. Pérez, a un par de cuadras de aquí. Pude ir a otro ciber, pero llegué para verle la cara a Lennon. Antes me tomé unas cervezas, las necesitaba. Los niños le dicen tío. Lo imagino vestido de Boy Scout. No me dan confianza los gueones viejos que se hacen amables con los niños. Me molesta este gueón….
Le dije que era un pedófilo de mierda. Los niños me miraron asustados. Uno salió corriendo cuando le tiré las monedas en la cara. Salté, cuando el gueón me lanzó una especie de fierro o palanca, no sé. Vi sus lentes caer.
Escribo esto en mi habitación del hostal. Decidí no llamar a Marambio. Seguro que después se conectará al chat para mandarme sus fotos cachondas. Me ha enviado fotos hasta de Cuba y siempre lo mismo. Debe estar realizado con su puterío. Tuvo suerte. Como paco, el gueón se supo proteger. En algún momento pensé que este gueón había delatado a Galleguillos. Los ratis los interrogaron varias veces. Era el comisario de Alto Hospicio en el tiempo de los crímenes. Su desidia le costó su carrera de paco.
Galleguillos me lo presentó. Andaba de civil, pero igual lo conocía. Ibamos a buscar unos paquetes donde Quispe, pero nos quedamos comiendo asado, bebiendo y después tirando líneas de coca. El paco era como imbécil para la coca. Yo igual. Me dijo que si hacía la vista gorda seríamos amigos. Galleguillos nos miraba mientras bebía vino. Quispe, como era su costumbre, seguía ofreciendo guevaás. Mejor para nosotros. Como a la una de la madrugada salimos hacia Pozo Almonte. Había neblina. Cerca de la plaza, Galleguillos entregó el paquete a un camionero que iba para el sur, supongo que a Santiago. Marambio y yo éramos de la idea de seguir gueveando. Pozo Almonte es un pueblo puto: hay de todo lo que les gusta a los mineros, pero en dosis pequeñas, justas. Nos metimos a un bar, el más luminoso. Esta vez Galleguillos decidió tirarse una línea; había bebido dos piscolas y tenía que manejar. Quedó como robot. Después pidió más. Salimos con un par de chicas, putas, que a la altura de la carretera, cerca del desvío a La Tirana, se urgieron: ¿Dónde vamos? ¿A dónde mierda nos llevan degenerados culiaos?... (Chikatilo conducía).

Me alojé en este hostal a sabiendas que es parejero. Arriba hay guevones tirando. El gueón se queja más que la mina. Me aburre ver en el canal Playboy a tanta gueona rubia, tetona, tipo californiana; prefiero las negras brasileñas o colombianas, ricas… tal vez más rato llame a la agencia de Marambio para que me mande a una negra.

Les dije a las putas que se tranquilizaran –era lo mejor- cuando tomamos un desvío cerca de La Huayca. Estábamos en medio de la pampa de El Tamarugal –un especie de bosque de tamarugos-, y Marambio, con los ojos desorbitados, le mostraba a las chicas su pistola de servicio y su pene. Galleguillos conducía tranquilo, como chofer de funeraria. En tanto yo seguía pensando en tirarme otra raya entre medio de las tetas de las maracas. Galleguillos detuvo el auto y subió el volumen a la radio. Sonaba una canción de The Sacados: ritmo, ritmo de la noche...
Las chicas se bajaron como dispuestas a ser fusiladas. Recordé a los milicos y quise pegarle un botellazo al paco. (Me acaba de llegar un vaso de ron y una coca cola a la pieza, y en quince minutos más me llegará una chica) Marambio culiao, le comenzó a pegar patadas a una de las chicas, a la más gorda, que ya estaba desnuda. Hacía frío. Galleguillos fumaba y yo trataba de buscarle por la buena besos a la otra puta, que estaba nerviosa viendo como el otro gueón pateaba en el suelo a su colega. Temí una guevaá más rara cuando Galleguillos tomó el arma de Marambio.
Mi puta se fue por la buena, incluso pude tirarme una línea sobres sus tetas. Galleguillos no quiso meterlo, a pesar de la insistencia de Marambio. Dejamos a la gorda sangrando por la boca y desnuda, junto a su amiga, y un poco de pisco para el frío. El imbécil de Marambio les dijo que no se volvieran a meter con los pacos y que desaparecerían si nos denunciaban.

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