Monday, November 28, 2011

La Biblioteca/8

El tío era Dios. No dudé que planeó el encuentro con Trinidad. No podía ser de otro modo, por lo menos eso pensé.
Un pago, entonces, era la motivación de Trinidad para salir con nosotros. No sé cómo le pagaba el tío. De ese modo consideré que Trinidad en algún momento debería sacarse la ropa. Era un asunto de tiempo. La otra posibilidad era que Trinidad fuera la amante del tío y en consecuencia, su preocupación hacia nosotros podía calificarse de maternal.
Trinidad no podía ser otra cosa. Nunca había tenido una amiga.
Sin embargo ella se encargó se aumentarme las dudas durante la cuarta noche en que compartimos.
No pienses que soy una mujer tan decente pero no soy lo que te imaginas, me aclaró acariciándome el rostro.

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