¿La experiencia más cruel que me tocó ver? Mmmm... Varias, pero hubo una en particular que me hizo cambiar el rumbo. Ejercí hasta 1993 como corresponsal fotográfico para América Latina en una agencia alemana. Renuncié después de una experiencia particularmente cruel en Colombia.
En Medellín se libraba una guerra sucia entre la Policía y el Narcotráfico de Pablo Escobar, día a día era asesinado un policía.
Llegue un día 22, una ciudad sin pacos, créanme que es cosa seria, la delincuencia se había apoderado de la ciudad. Los policías estaban aterrados, salían a las calles en grupos de 20 cubriéndose las espaldas y hicieran lo que fuese, cada día uno de ellos dejaba de existir.
Algo ocurrió que lo cambió todo. A la salida de una iglesia, 13 niños fueron masacrados. Las imágenes eran desgarradoras, pero lo que vino después terminó con mi carrera y mi cordura.
Estando en el velatorio de los niños, un familiar se acerco y me entrego una declaración firmada por todos ellos, en esta acusaban del alevoso asesinato a la policía de Medellín.
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