Sin miedo Chile no crece a las cifras intocables que propone el ministro de saco Gucci, economista de Harvard, que vende por la tele una vida pulcra de pañal de guagua sin caca.
Los políticos=chismosos=aspiracionales= mercachifles=limosneros que crean atmósferas de miedo desde sus computadores ociosos llenos de pornografía de Goatse.
Este Chile de miedo trabaja como paranoico para sellar sus casas de la realidad pobretona y pastabasera de la calle, en condominios con cámaras de seguridad para que la realidad la vean unos guardias milicos de origen pastabasero. Chile también es un país de forajidos, bandidos y asesinos y sicarios como el Medellín de hace cinco años, escupe el periodista cara de muñeco gringo que sale en la tele porque la tele prefiere a la minoría rubia y bella.
Los que perdimos el miedo somos los asesinos, los parias, los que merecen estar encerrados porque el egoísmo manda a que nos encierren en las cárceles, a contenernos, y así, coexistimos con esos egoístas que no quieren saber nada de que existimos. Y ese resentimiento social los utilizamos para robar y maltratar a viejas forradas en joyas, a pendejos que hablan en inglés y a sirvientas Opus Dei.
Chile dejó de interesarme por su incompresible liviandad de sociedad bastarda, quiltra y drogadicta que reduce todo a la acumulación de porquerías y cachivaches, y donde la maldita excepción sigue y seguirá siendo inútil, porque la oligarquía casó hace rato a sus hijas con los milicos, y sigue igual y seguirá siendo igual, porque Chile siempre ha funcionado como un villa medieval, donde todos los villanos desearán por siempre ser igual al patrón feudal y ahí comienza ese locura envidiosa, la demencia colectiva.
Por esto prefiero Perú, país todavía digno a pesar de Ripley y Falabella que hace años sufrió de la paranoia chilena con esa invasión fascita promovida por los ingleses. Latinoamérica es un continete deshecho desde la llegada de los españoles y su raza de mierda.
Chile dejó de interesarme por su incompresible liviandad de sociedad bastarda, quiltra y drogadicta que reduce todo a la acumulación de porquerías y cachivaches, y donde la maldita excepción sigue y seguirá siendo inútil, porque la oligarquía casó hace rato a sus hijas con los milicos, y sigue igual y seguirá siendo igual, porque Chile siempre ha funcionado como un villa medieval, donde todos los villanos desearán por siempre ser igual al patrón feudal y ahí comienza ese locura envidiosa, la demencia colectiva.
Por esto prefiero Perú, país todavía digno a pesar de Ripley y Falabella que hace años sufrió de la paranoia chilena con esa invasión fascita promovida por los ingleses. Latinoamérica es un continete deshecho desde la llegada de los españoles y su raza de mierda.
1 comment:
este trozo es un panorama genial de mi chile.
Bien sicópata de macetero.
Toña
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